La ventilación industrial permite controlar factores como presencia de compuestos tóxicos, temperatura o humedad excesiva, presencia de polvo o impurezas, existencia de agentes explosivos o inflamables, entre otros, manteniendo el confort térmico y la prevención de fuego o explosiones, siendo la ventilación natural la alternativa que optimiza la economía en equipos y consumo de energía.